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La obesidad infantil se ha convertido en uno de los problemas de salud más graves del siglo XXI, esto según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde donde agregan que esta afección está avanzando progresivamente en muchos países de bajos y medianos ingresos, especialmente en el medio urbano.
En este sentido, Chile no es la excepción, a tu juicio ¿a qué se debe esta problemática?
Considero que uno de los principales factores que afecta es que la sociedad ha cambiado. Hoy la mayoría de los padres trabajan todo el día, los tiempos en casa son más acotados, y muchas veces las familias creen que una de las formas de optimizar el tiempo es a través de la comida rápida. En este punto también incide el acceso que hoy los chilenos tenemos a las comidas fuera del hogar, eso que muchas personas de edad más avanzada nos mencionaban que ocurría para celebraciones o una vez al mes, pero en la actualidad es cotidiano. Y, en este comer algo afuera, la mayoría de las veces no se opta por la mejor opción de alimentos, esto sumado a que los adultos dejamos que nuestros niños pequeños- quienes no tiene aún un criterio formado- elijan lo que ellos quieren comer sin preocuparnos del daño que esta alimentación les podría provocar.
Según la Junaeb el 60% de los niños de 6to. básico tiene sobrepeso u obesidad. En este aspecto, ¿cómo se puede trabajar políticas que apunten a este grupo?
La prevención y promoción son puntos claves para evitar que nuestra población infantil continúe con estos índices de sobrepeso u obesidad. Por ello nosotros como carrera de Nutrición y Dietética trabajamos desde el inicio de la carrera, el 2009, es la intervención de nutricionistas en los establecimientos educacionales, con la finalidad de fomentar no sólo a los niños, sino que, a educadores, paradocentes, apoderados y al entorno, logrando excelentes resultados.
Las autoridades de salud indican que la obesidad infantil ha crecido en un 1.8 puntos porcentuales promedio en niños de prekinder a primero básico. Ustedes como formadores de nuevos profesionales del área ¿de qué forma contribuyen?
Participando de manera activa en establecimientos de la región a través de su línea educativa, donde realizan actividades de promoción y prevención para lograr mejorar los hábitos alimenticios de la población, enfocándonos en los escolares en periodo de formación.
Aunque en la última década se han impulsado una serie de medidas para incentivar el consumo de alimentos saludables y el ejercicio físico. ¿Crees que la Ley de Etiquetados ha sido suficiente?
Si no se genera una buena educación de la ley de etiquetado la verdad es que no se logra el impacto esperado en la población. Si bien las personas ven los sellos y tratan de escoger los que tienen menos, muchos de ellos no entienden el trasfondo de la ley. Si se logra mejorar la educación de la población podremos mejorar la efectividad de la ley de etiquetado nutricional.
Este cambio fija “límites de sal por porción de alimento”, pero sólo basta que las compañías informen que, en su producto “la porción es más pequeña” y su paquete deja de tener sellos, pasando ficticiamente a ser “más saludable”. A tu juicio, ¿cómo se puede subsanar esto?
Este es un tema que se ha detectado desde la puesta en marcha de la ley de etiquetado, varias empresas han cambiado los ingredientes de sus productos para evitar tener sellos o por lo menos disminuir la presencia de ellos. Aquí hay que poner especial énfasis en como la industria reemplaza los ingredientes y que este reemplazo no genere un daño a la salud de los consumidores. Ejemplo de esto podría ser el exceso de edulcorantes en los alimentos de consumo infantil, donde en alguna instancia un niño podría superar la ingesta diaria admisible (IDA) para este tipo de ingredientes lo que podría generar un problema en la salud. Para evitar lo anterior- insisto- falta educar más a nuestra población respecto a lo que comemos.
La Agencia de la Calidad de la Educación establece indicadores de desarrollo personal y social de los estudiantes, los que se recogen a través de cuestionarios y contextos aplicados durante la prueba Simce, los que miden hábitos de vida saludable. En este aspecto, ¿cómo trabajan esto desde la carrera de Nutrición en la UVM?
Al año trabajamos con 15 establecimientos y de manera más ardua con los cursos que rinden Simce, pues el objetivo de la intervención es reducir los índices de sobrepeso y obesidad de la comunidad escolar, esto a través de un plan de trabajo que los internos de Nutrición y Dietética realizan con intervenciones nutricionales programadas en cursos y en fechas definidas con anterioridad, para si no alterar las actividades asignadas de forma previa en el calendario escolar de los establecimientos. Es necesario que se trabaje a lo largo de todo el año escolar, para así poder obtener resultados que ayuden a disminuir los índices de sobrepeso/obesidad y así mejorar no sólo la calidad de vida, sino también rendimiento escolar de los alumnos.
Además nuestros alumnos cuentan con prácticas tempranas, es decir desde el segundo año ya tienen intervención con pacientes, por lo tanto vamos desde el inicio de carrera fomentando hábitos alimenticios, esto también les ha permitido a nuestros estudiantes llegar mejor preparado a su práctica profesional. Como consecuencia de aquello es que el 95% queda trabajando en su lugar de práctica, lo que nos permite darnos cuenta que estamos haciendo un buen trabajo de formación.