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Durante el mes de abril el Ministerio de Salud, Minsal, informó sobre el uso obligatorio de mascarilla en lugares públicos, siendo una de las medidas para frenar la propagación del virus Covid-19. Pese a la efectividad de dicha medida- y a la urgencia que se está viviendo tanto en Chile como el resto del mundo- hay un factor no menor que preocupa a los expertos en medio ambiente y que dice relación con el deshecho de los elementos de protección personal (EPP) de los trabajadores del área de salud.
Millones de mascarillas y guantes son usados al día, por lo que era cosa de tiempo que estos cientos de miles de residuos sanitarios flotarán ya en el mar, aun cuando hace muy poco tiempo se implementó el proyecto “chao bolsa”, iniciativa que transformaba a Chile en el primer país de Latinoamérica en eliminar las bolsas plásticas del retail y supermercados.
Es la primera huella ecológica de esta crisis, al respecto el jefe de carrera de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Universidad Viña del Mar (UVM), Rodrigo Silva Haun, se refiere a esta problemática.
“A la fecha esta emergencia sanitaria ha generado miles de toneladas de residuos hospitalarios de difícil manejo y gestión. En Chile en forma los lugares de disposición final (incineradores o autoclaves) están prácticamente colapsados, generando una potencial segunda crisis sanitaria. De no recibir un adecuado manejo, estos residuos pueden transformarse en un foco de infecciones para todo lo que entre en contacto directo con ellos, tango en los centros de salud como en los procesos de recolección”.
La preocupación medioambiental ha escalado en diferentes niveles porque a los 13 millones de toneladas de plástico que se vierten en los océanos cada año, según cifran de la ONU, se deberá sumar el exceso de mascarillas y guantes alrededor de todo el mundo. Silva señala que
“la incorporación de este tipo de material al medio ambiente ha demostrado ser peligroso para numerosas especies y ecosistemas. No sólo hablamos de los efectos físicos de atrapamiento o asfixia, sino también los efectos químicos y bioquímicos por presentar moléculas con efectos disruptores endocrinos”.
Otro factor a considerar a nivel mundial es el aumento en el llenado de contenedor amarillo que se ha visto incrementado desde que se inició esta pandemia, dado que se ha eliminado la extracción manual por resguardo sanitario. En este aspecto indicando que “existen numerosas pymes del reciclaje que se han visto fuertemente afectadas por la falta de materia prima (materiales a reciclar), interrumpiendo sus procesos y consecuentemente impactando la cadena de valorización de residuos. Estas cadenas todavía son frágiles y están a la espera de la aprobación del reglamento de la Ley REP, para recibir el apoyo que tanto se requiere”, puntualizó.