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¿Despiertas con dolor en los músculos faciales o dolor de cabeza? ¿Te han comentado que tus dientes rechinan al dormir? Estas son algunos de los síntomas que pueden advertir que padeces de bruxismo, hábito inconsciente y que puede traer graves consecuencias.
“El bruxismo provoca que los dientes duelan o se aflojen y lleguen literalmente a pulverizarse o desmoronarse, esto además de destruir el hueso que soporta el diente y causar problemas de articulación, tal como el síndrome de la articulación temporomandibular (ATM)” comentó el cirujano dentista y docente de la Universidad Viña del Mar, Javier Mier.
El bruxismo no solamente se trata a nivel odontológico, sino que también desde la Kinesiología. En este sentido, la docente y jefa de Ciencias Aplicadas de la Escuela de Ciencias de la Salud de esta misma casa de estudios, Paulina Tenore, explicó que “las
manifestaciones clínicas a nivel de articulación temporomandibular (ATM) varían en relación al tiempo, la frecuencia e intensidad con que se presente la parafunción en cada individuo. Dentro de las más frecuentes se destaca el chasquido o ruido intraarticular,
incapacidad para abrir completamente la boca y dolor articular difuso”, precisó.
El odontólogo plantea la existencia de dos tipos de bruxismo: “bruxismo en vigilia” y “bruxismo del sueño”. El bruxismo en vigilia se caracteriza por el apriete involuntario de los dientes y esfuerzo de la mandíbula en reacción a ciertos estímulos. Generalmente no
hay rechinamiento de dientes con bruxismo en vigilia. El bruxismo del sueño se caracteriza por el rechinamiento de los dientes con contracciones musculares rítmicas y sostenidas de la mandíbula.
Junto a esto, Mier los divide en bruxismo primario (que se produce sin ninguna condición médica previa) y bruxismo secundario, donde se conoce una condición médica o psiquiátrica. “El apriete de dientes observado durante la vigilia y el bruxismo secundario
puede estar asociada con ciertos medicamentos como los antidepresivos o drogas recreativas como la cocaína o el éxtasis, trastornos como la enfermedad de Parkinson, la depresión y la ansiedad mayor” agregó.
Lo anterior son factores que inciden notoriamente y provocan consecuencias dolorosas para las personas que lo padecen, entre las cuales se destaca el desgaste dentario, dolor e inflamación en diversas áreas de la mandíbula de uno o más componentes de la
articulación temporomandibular (ATM), dolor de cabeza, oído y/o cuello, insomnio, sensibilidad en los dientes y encías retraídas. “Además, todas estas consecuencias pueden derivar en otros problemas más graves como trastornos alimenticios o problemas
dentales graves. Por este motivo, es importante contactar a un profesional que pueda diagnosticar cuál es el caso concreto” aseveró Mier.
Pero ¿es reversible esta condición? Según el odontólogo, esto dependerá del grado de avance, “si el bruxismo se encuentra en una etapa inicial y/o establecida podríamos decir que es un proceso reversible, pero si esta patología está instaurada, será un proceso
irreversible y será necesario un tratamiento integral, especializado y personal”.
Tomar conciencia de su condición y buscar apoyo en profesionales es una de las mejores recomendaciones que Paulina Tenore entrega para evitar el bruxismo. “Un primer paso es hacer consciente el acto inconsciente de apretar o rechinar los dientes de tal manera que cada vez que se encuentre realizando la parafunción deje de hacerlo. Una técnica sencilla y recomendada para ello es poner un recordatorio en los lugares donde se está por largos periodos de tiempo durante el día (en la pantalla del computador, panel del auto, espejo,
entre otros) al verlos se aconseja separar levemente los dientes y llevar la lengua al paladar. El objetivo de esta técnica es favorecer la relajación de los componentes de la articulación temporomandibular así como también de la musculatura masticatoria” indicó.
Tenore además recomienda que para mitigar el bruxismo nocturno se debe reducir la actividad física después de las 18 horas. No obstante, si se recomienda realizar ejercicio durante el día; efectuar actividades que promuevan la relajación, idealmente 60 y 90
minutos antes de ir a dormir y tratar de no dedicar tiempo a pensar en preocupaciones antes de acostarte.
Por otro lado, y para manejar esta patología por el lado kinesiológico, la especialista recomienda aplicar calor húmedo o hielo a nivel de la musculatura masticatoria. Máximo 20 minutos, dos a tres veces al día, evitar comer alimentos duros y la utilización de todo
tipo de pantallas y elementos que favorezcan a excitación del sistema nervioso central y tomar abundante agua.