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Tras la muerte de seis turistas brasileros por inhalación de monóxido de carbono (CO) en nuestro país, nuevamente se han levantado las alertas sobre lo letal que es este venenoso gas.
El CO, que puede matar en cuestión de minutos, es invisible, insípido, inodoro y no irritante, y es generado a partir de la quema de combustibles como la madera, el petróleo, el gas natural, el gas propano, la gasolina y el queroseno.
Este “asesino silencioso» impide que el cuerpo reciba oxígeno, así lo explica el jefe de carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos de la Universidad Viña del Mar, Boris Gary, “cuando uno inhala monóxido de carbono, el tóxico reemplaza el oxígeno en el torrente sanguíneo y, como consecuencia, el corazón, el cerebro y el cuerpo sufrirán por la falta de éste”.
El especialista afirma que los síntomas varían entre personas especificando que “quienes están en mayor riesgo son los niños pequeños, ancianos, personas con enfermedad cardíaca o pulmonar, personas que se encuentran a grandes altitudes y fumadores. El monóxido de carbono puede causarle daño incluso a un feto, es decir a un bebé que aún se encuentra en el útero”, indicó.
Los animales también pueden envenenarse con monóxido de carbono y, en este sentido, las personas que tienen mascotas en sus casas pueden notar que sus animales se vuelven débiles o no responden tras una exposición de CO y esto es más fácil de detectar porque las mascotas presentarán estos síntomas antes que los humanos. “Muchas intoxicaciones por monóxido de carbono ocurren en los meses de invierno cuando se están utilizando hornos, chimeneas de gas y calentadores portátiles y las ventanas están cerradas. Haga revisar cualquier tipo de calentadores o gasodomésticos regularmente para garantizar que su uso sea seguro” comentó Gary.
Según el grado y el tiempo de exposición, la intoxicación con monóxido de carbono puede provocar daños cerebrales permanentes; daño al corazón, que puede provocar complicaciones cardíacas que ponen en riesgo la vida; muerte fetal o aborto espontáneo y la muerte.
El docente de la UVM entrega algunas precauciones simples para prevenir la intoxicación. En primer lugar, señala la posibilidad de instalar detectores de monóxido de carbono, los que se pueden adquirir en tiendas del retail y deben colocarse cercano al área de los dormitorios. Para el uso correcto de éstos se debe verificar el funcionamiento de las baterías, al menos dos veces al año. Si suena la alarma, las personas deben salir de la casa y llamar inmediatamente al 132 o al departamento de bomberos más cercano al hogar. Estos detectores de monóxido de carbono también están disponibles para casas rodantes y botes.
Por otra parte, el especialista señala que ojalá las personas pudiesen siempre abrir la puerta del garaje antes de encender el auto y que es necesario tener especial cuidado si el garaje está conectado con la casa. No es seguro dejar el auto encendido en un área conectada con la casa, aún si la puerta del garaje está abierta.
Además, agrega que la manipulación de dispositivos a gas se debe utilizar según las recomendaciones, es decir nunca se debe usar una cocina u horno de gas para calentar la casa y que los electrodomésticos y que deben asegurarse que los monitores que llevan combustibles tengan la ventilación necesaria (calefacción, calderas, parrillas de carbón, calentadores de agua, chimenea, cocinas a leña, generadores portátiles, motores de autos, etc).
Por último, recomienda que se realicen verificaciones anuales a todos los aparatos a gas e incluso caldera, esto con las respectivas compañías de servicios y hace un llamado a quienes vayan a trabajar con solventes, recomendando que lo hagan en zonas exteriores o en áreas con buena ventilación y siguiendo las instrucciones con atención.